Este experimento es muy sencillo de
realizar y es barato ya que se hace con materiales reciclados. El artilugio es muy
simple. Un mechero eléctrico de cocina, un bote de los antiguos carretes de
fotos y un poco de alcohol e líquidos que los contengan como algunas colonias.
Para disparar el cañón basta con echar 2 gotitas dentro del bote, lo cerramos,
dejamos que se produzca el vapor de alcohol y apretamos el encendedor de
cocina.
Si echamos mucho alcohol dentro del
bote, funciona mucho peor y saca llama, con lo que puede ser peligroso.
COMO FUNCIONA
El bote del carrete de fotos sólo
puede ser cargado con una pequeña cantidad de combustible, de manera que es
bastante seguro para disparar en la casa. El frasco es de plástico suave y
liviano y puede aterrizar sobre las personas sin despeinarlos. Pero despega con
bastante velocidad, de manera que no es recomendable colocar la cabeza muy
cerca durante el lanzamiento. El gas necesita del oxígeno del aire para
explotar; al quemarse, se libera energía debido a la formación de enlaces
químicos entre el oxígeno en el aire y el carbón e hidrógeno de los gases del
combustible (spray) Esta energía calienta los gases que resultan de la
oxidación violenta (llama). Estos gases son vapor de agua (H2O) y dióxido de
carbono (CO2). Como se calientan, se expanden. Esta expansión empuja a todo el
interior del frasco, que se separa rápidamente de la tapa y sube al aire. En
todo caso puedes hacer experimentos con alcohol de farmacia puro, pero tienes
que pulverizarlo en el momento de insertar al frasco.